Los entornos marinos están formados por una gran diversidad de ecosistemas responsables de los diferentes tipos de paisajes de las costas.
Estos ecosistemas se pueden clasificar según dos criterios: gradación de luz y estratificación de los niveles de la columna de agua.
En cuanto a la gradación de la luz, se dividen en:
Zona eufótica: Región donde la incidencia de la luz penetra en la columna de agua, generalmente alrededor de los 200 metros de profundidad, según el tono del agua como consecuencia de la saturación de partículas en suspensión (turbidez). Este es el rango que se considera que tiene la mayor concentración de organismos, como los microorganismos fotosintéticos (autótrofos).
Zona afótica: Región que no recibe ninguna interferencia por la incidencia de la luz. Los organismos (heterótrofos) generalmente habitan en este rango y dependen de la disponibilidad de oxígeno y de materia orgánica absorbida, respectivamente disuelta y percolada (decantada) desde la zona eufótica.
En cuanto a la estratificación de los niveles de la columna de agua, se dividen en:
Zona costera: Límite existente entre el nivel de mareas (alta y baja).
Zona nerítica: región que alcanza aproximadamente 200 metros de profundidad, generalmente alrededor de 50 a 60 km de la costa. Es el límite con mayor biomasa y productividad acuática, albergando una gran cantidad de organismos.
Zona abacial: Situada por debajo de la zona nerítica, se sitúa entre 200 y 2000 metros de profundidad.
Zona abisal: es la más profunda, situada entre los 2000 metros de profundidad y el sustrato oceánico, siendo una región completamente sin luz (afótica), donde existen pocas formas de vida.
