Cáncer de esófago

El cáncer de esófago es un tumor maligno del esófago (tubo muscular que transporta los alimentos desde la boca hasta el estómago).

Ocurre con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años.

Se presenta de dos formas: carcinoma de células escamosas y adenocarcinoma. Los dos tipos son diferentes cuando se observan bajo un microscopio.

Cáncer de células escamosas de esófago: se asocia con el tabaquismo y el consumo de alcohol.

Adenocarcinoma de esófago: es el tipo más común de cáncer de esófago e incluye factores de riesgo como: sexo masculino, obesidad y tabaquismo.

¿Cuáles son las pruebas para hacer un diagnóstico?

Las pruebas utilizadas para ayudar a diagnosticar el cáncer de esófago son: enema de bario, resonancia magnética del tórax o tomografía computarizada del tórax (generalmente utilizada para ayudar a determinar el estadio de la enfermedad), ecografía endoscópica (también se puede utilizar para determinar el estadio de la enfermedad), esofagogastroduodenoscopia (EGD) y biopsia, exploración por PET (a veces útil para determinar el estadio de la enfermedad y si es posible realizar una cirugía) y examen de heces que puede mostrar pequeñas cantidades de sangre en las heces.

Síntomas

Algunos síntomas del cáncer de esófago son: retroceso de los alimentos a través del esófago y posiblemente de la boca (regurgitación), dolor en el pecho no relacionado con la comida, dificultad para tragar sólidos o líquidos, acidez de estómago, vómitos con sangre y pérdida de peso.

Tratamiento

El tratamiento recomendado es la cirugía para extirpar el cáncer, cuando el cáncer de esófago se presenta sólo en el esófago y no se disemina.

Se puede utilizar quimioterapia, radiación o una combinación de ambas en lugar de la cirugía o para facilitar la cirugía.

En el caso de un paciente que está demasiado enfermo para someterse a una cirugía o cuando el cáncer se ha extendido a otros órganos, se puede utilizar quimioterapia o radioterapia, que ayudan a reducir los síntomas. A esto se le llama tratamiento paliativo. En estos casos, la enfermedad generalmente no es curable.

Otras pruebas que se pueden realizar para ayudar al paciente a tragar: Dilatación endoscópica del esófago (a veces con la colocación de un stent para mantener el esófago dilatado) Terapia fotodinámica, en la que se inyecta un fármaco especial en el tumor y se expone a la luz. La luz activa el medicamento que ataca el tumor.

Para los pacientes con cáncer diseminado, generalmente no es posible una cura. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas. Si el cáncer no se ha diseminado fuera del esófago, la cirugía puede aumentar las posibilidades de supervivencia.

Las personas con síntomas de reflujo gastroesofágico grave deben buscar atención médica.

La denominada exploración EGD y la biopsia en personas con esófago de Barrett pueden conducir a una detección temprana y aumentar las posibilidades de supervivencia. Las personas diagnosticadas con esófago de Barrett deben considerar hacerse exámenes de detección de cáncer de esófago con regularidad.

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isa fernandes
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