Embarazo, definido como el período desde la concepción hasta el nacimiento de un individuo.
En muchos países se considera sinónimo de salud, riqueza y prosperidad. En otros, como problema, por ejemplo China donde no hay espacio territorial para absorber más individuos y por eso hay control de natalidad por parte del gobierno.
Países como Brasil, donde la Planificación Familiar, la Educación Sexual y el Control de la Natalidad son temas emergentes y, poco discutidos, el embarazo termina convirtiéndose en un problema social, como el embarazo adolescente.
Generalmente se presenta entre jóvenes de hasta 21 años de edad, en pleno desarrollo y disfrutando de esta etapa de la vida (adolescencia). En Brasil, las cifras son alarmantes según investigaciones más recientes.
Tanto el niño como la niña terminan sufriendo un embarazo precoz, ya que si bien el niño no tiene las condiciones biológicas para engendrar un hijo, termina sufriendo involuntariamente las presiones y responsabilidades que la situación requiere.
Con las transformaciones en el mundo, en distintos campos económicos, políticos y sociales, se termina favoreciendo el surgimiento de una generación cuyos valores éticos y morales se ven erosionados. El exceso de información insegura, la libertad y la propia banalización del sexo acompañan a la falta de límites y de responsabilidad que despierta en los jóvenes.
Otros factores también contribuyen al embarazo adolescente, como las hormonas propias de esta fase.
Si bien es una época de formación escolar y preparación para el trabajo, la adolescencia requiere cada vez más cuidados y ha llamado la atención de la sociedad sobre el tema. Temas como la desintegración familiar también acaban entrando en el análisis de los motivos que llevan al embarazo precoz.
Los métodos para evitar este tipo de problemas incluyen métodos anticonceptivos, información sobre tu propio cuerpo y el futuro que deseas.
La falta de acceso a información segura se convierte en una de las otras razones que conducen al embarazo adolescente.
También existen varios mitos, como por ejemplo: la limpieza con ducha vaginal después de la relación sexual previene el embarazo, cuando la relación está parada no hay riesgo o la primera vez no hay posibilidad de quedar embarazada, el coito interrumpido, el sexo anal, en fin, varios.
Cualquier posibilidad de que el líquido expulsado por el pene durante la excitación llegue al óvulo, incluso sin penetración vaginal, puede provocar un embarazo. Este hecho es a veces ignorado por los adolescentes que creen que el sexo anal o el coito interrumpido proporciona seguridad para no quedar embarazadas. Cualquier gota de líquido durante las relaciones sexuales puede entrar en contacto con la vagina y, por tanto, los espermatozoides presentes en ella pueden llegar al óvulo. Por lo tanto, hay pocos cuidados al tener una relación de esta manera.
Si bien el acceso a la información se ha ampliado con el acceso a internet y la publicidad televisiva, todavía es preocupante que tantos mitos sobrevivan y, por ello, la educación, orientación y concientización sexual son de suma importancia, ya que son medios para combatir y prevenir el embarazo adolescente. Esto sólo es posible con acciones educativas y de salud pública. No es sólo información lo que falta, sino medios de consultar, pedir ayuda, consejo, acceso a métodos anticonceptivos, que pueden ayudar a mejorar la situación.
