nazismo

Fin de la Primera Guerra Mundial y el nazismo

En 1918, con el fin de la Primera Guerra Mundial, Alemania, entonces derrotada, atravesaba una profunda crisis.

Para salir de la guerra y mantener lo que quedaba de su ejército, firmó un acuerdo de paz llamado “Tratado de Versalles”. Responsabilizaba a Alemania de la Primera Guerra, prohibía al país fabricar armas, tanques y aviones; obligó a la devolución de los territorios conquistados y a la reducción del ejército alemán, además de exigir el pago de indemnizaciones a los países victoriosos por los daños de guerra.

La población acabó sintiéndose humillada por estas imposiciones, lo que acabó generando un clima de revuelta.

Al final de la guerra cayó el régimen monárquico del Kaiser (emperador) y comenzó la “República de Weimar”.

Rusia, en 1917, dirigida por el socialista Lenin, derrocó al gobierno del zar Nicolás II y estableció un gobierno comunista.

Los países que basaban sus economías en el capitalismo y la explotación de los trabajadores se sintieron amenazados. Así, surgieron muchos movimientos antidemocráticos en el mundo, con el objetivo de contener el crecimiento del comunismo.

En Italia predominó el fascismo; en Portugal, el salazarismo; en España, el franquismo; y en Alemania, el nazismo.

Cómo surgió el nazismo

Nazismo proviene de Nazi, abreviatura de Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes, no tenía nada de socialista y usaba como símbolo la “esvástica” (cruz encontrada en varias tribus).

Su líder fue Adolf Hitler, nacido el 20 de abril de 1889.

En 1923, Hitler, indignado por las terribles condiciones que enfrentaban los alemanes como resultado de su derrota en la guerra, intentó un golpe de Estado en una cervecería de Alemania. Sin éxito, fue puesto bajo custodia. En prisión, escribió el libro “Mein Kampf” (Mi lucha), que más tarde se convirtió en una introducción al nazismo.

Al mismo tiempo, defiende la hegemonía de la raza aria, afirmando que Alemania sólo se levantará de nuevo cuando el pueblo esté unido “en un solo pueblo, en un solo imperio, en un solo líder”. Otras etnias, incluidos los judíos y los negros, deberían extinguirse. No le gustaban los judíos, porque creía que la Primera Guerra Mundial fue desastrosa debido a la traición de los judíos marxistas.

Además del odio contra otras etnias, también abogó por el exterminio de los testigos de Jehová, los homosexuales y los comunistas.

Para ejecutar sus órdenes se crearon las Secciones de Asalto (SA), las Secciones de Seguridad (SS) y la Gestapo (policía secreta).

De esta forma, los alemanes vieron en Hitler una especie de salvación a la crisis del país. Así creció el partido, formado por agricultores, jóvenes, soldados y todas las clases.

El entonces presidente Hindenburg, asustado por el crecimiento del partido, ofreció el puesto de canciller a Hitler. Pronto instituyó una política de reprimenda contra los comunistas. Estos fueron encarcelados en campos de concentración y luego ejecutados.

En agosto de 1934, el presidente Hindenburg murió y Hitler asumió el máximo cargo, sin renunciar a su cargo de canciller.

Creó el Tercer Reich (imperio) y se proclamó Führer (líder). Como dictador, dirigió la ejecución de miles de judíos, comunistas, homosexuales, negros y otros en campos de concentración. Este momento histórico pasó a ser conocido como el “Holocausto”.

Un nombre que aparece en la historia del nazismo es el de Joseph Goebbels, hábil orador, cineasta y agitador. Fue nombrado ministro de propaganda nazi. Censuró a la prensa e hizo películas que alienaban a la población, con promesas de un mundo mejor, con supremacía aria. Controló la radio, la televisión y los periódicos, lanzando películas y panfletos a favor del nazismo.

En 1939, con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, Hitler envió todas las tropas alemanas. Después de ser derrotado en numerosas ocasiones, el ejército alemán invadió la Unión Soviética en junio de 1941. A pesar de las primeras victorias, Hitler no contaba con el duro invierno y sus tropas fueron sorprendidas por las tropas rusas. Por falta de comida, agua y enfrentando el frío, el ejército alemán fue derrotado. Hitler fue rodeado por el Ejército Rojo en su búnker (escondite militar) y se suicidó disparándose un tiro en la cabeza.

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isa fernandes
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