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El olvido transformado en Revuelta
La región noreste de Brasil siempre ha enfrentado más problemas que otras regiones del país. Esto no fue diferente en el siglo XIX, en la época de la Revuelta de Canudos. El escenario en ese ambiente era de pobreza absoluta. Entre el pueblo reinaba el hambre, la violencia, el abandono del control político y las enfermedades relacionadas con la falta de saneamiento básico. El fanatismo por la religión se mezcló en el contexto. Debido al descontrol total del lugar, en noviembre de 1896, en el interior de Bahía, comenzó la revuelta.
La unión de yagunzos, campesinos y fanáticos religiosos cobraba fuerza y ponía en riesgo la integridad de la República. Fue necesario que el gobierno bahiano solicitara ayuda a las tropas federales para contener a los rebeldes.
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El líder del movimiento era conocido como Conselheiro. Fue un líder que combinó el control sobre las acciones separatistas con ideologías religiosas. Él mismo predicó que se le había confiado la responsabilidad de actuar bajo el mandato de Dios para reaccionar ante los males sociales que prevalecen en el noreste.
Persuasivo, Conselheiro adquirió fama y reunió a muchas personas para librar su batalla. La enseñanza religiosa de Conselheiro acabó cobrando tales proporciones que empezó a ser utilizada por hombres astutos que cometían hurtos y robos por los pueblos, alegando motivos religiosos. De esta manera, toda la región quedó contaminada por la violencia, ya sea por la revolución organizada predicada por Conselheiro o por saqueadores oportunistas.
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Incluso con tropas republicanas, fueron necesarios cuatro enfrentamientos para detener a los rebeldes. Debido a la falta de estrategia, los soldados de la revolución religiosa no pudieron recuperar alimentos, equipo de combate ni vendas durante la guerra. Algunos murieron de hambre.
Sin piedad, las tropas republicanas mataron a niños, mujeres y ancianos. La revuelta de Canudos fue notable para la historia brasileña porque demostró que incluso los analfabetos y miserables, olvidados en el interior del noreste, podían organizar una revuelta basada en principios religiosos y equipada con un líder que se presentaba como enviado de Dios.
Las batallas y el contexto del movimiento fueron documentados por el escritor brasileño Euclides da Cunha en la obra “Os Sertões”.